EL lunes 18 de agosto empecé una nueva experiencia cibernética, ingresé a Second Life. Sobre esta aplicación había oído hablar en los medios; recuerdo que la primera vez que vi una noticia fue en un diario local, ella hablaba sobre “el otro” mundo al que se podía acceder solo con una identidad diferente a la de la vida real. Lo que sino especificaban era la cantidad de actividades que en allí se podían realizar, confieso que no se me hizo nada del otro mundo esta noticia y tampoco le di importancia, sólo hasta el día de hoy.
Ya uso Second Life; en esta realidad soy Ileana Lannock. El apellido lo escogí de la lista que proporciona esta aplicación y el nombre lo busque en Google. No puedo hablarles del lugar en que vivo porque no sé en qué mundo habito, pero es una isla, tiene casas y muchas zonas verdes, en ella casi no hay habitantes, hasta el momento solo me he encontrado con 3, dos hombres y una mujer.
Ileana es una joven que conserva mi edad real (21 años), es oriunda de Rusia. Alta, tiene senos y caderas grandes, piel morena, ojos castaños oscuros y poco pelo. La chica es muy arriesgada, yo sé por qué se los digo; no había pasado ni cinco minutos en la isla cuando ya se encontraba teniendo sexo con un hombre en una casa grande de cemento y techo de madera.
El polvazo cibernético no fue nada entretenido, solo fue divertida la desvestida del avatar, casi no lo logro, sino hubiera sido por la explicación vía Messenger de Amalia, mi compañera de clase, Ileana no logra quitarse la ropa. Una vez empelota empezó el dialogo entre Jhon e Ileana. La conversación solo se reducía a frases como:
-Girl! I wanna cum in your mouth. Ohh baby your pussy is delicious.
Por una aplicación que tiene Second Life, pude ver que se puede hacer posiciones, esa vez no lo logré. Solo envié algunos gritos. En fin el “encuentro sexual” no duró más de cinco minutos. Al final el hombre solo pregunto por mi edad, le conteste que 21, me dijo que si tenia cam. o algunas fotos y salí volando de allí.
Empelota por toda la isla y volando pude divisar algunas casas, y una que otra publicidad de almacenes. Amalia, me teletrasnportó a su isla dizque para que comprara alguna ropa; ya en el almacén vi ropa de marca y de diseñadores e intenté comprar una pinta que me llamó la atención. Nunca pude saber como ponérsela a mi avatar. Ileana se quedó desnuda y andando por ahí sin rumbo fijo, Amalia se desconectó y no puede regresar a mi mundo. Después de unos segundos Ileana se convirtió en una nube de polvo azul y a Carolina le dio sueño y apagó el computador.
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